¡Feliz Navidad!
Este es un cuento de Navidad que no esperaba escribir, pero que nace desde mi esencia más pura, sin tristeza ni pena, sino desde el profundo significado de la Navidad: el renacer a la luz. Este año, más que nunca, he decidido abrazar esta fecha como una oportunidad para conectar con lo que verdaderamente importa, a pesar de las ausencias y los vacíos que puedan pesar en el corazón.
Como niña, como adolescente, y ahora como mujer, añoro profundamente ese abrazo que ya no está físicamente presente. Sin embargo, elijo vivir la Navidad desde la gratitud, sabiendo que la esencia de quienes amamos sigue viva en nosotros. Hoy, decido que esta fecha no será un tiempo para sumirme en la nostalgia, sino una invitación a renacer, a vivir desde mi más pura autenticidad y amor.
Vivir la Navidad en Esencia
Este cuento navideño, que es también mi realidad, lo quiero vivir con el corazón abierto, disfrutando cada pequeño gesto: cada abrazo, cada beso, cada sonrisa que acompaña un “¡Feliz Navidad!”. La magia está en cada detalle, en cada símbolo que ilumina estas fechas y que, para mí, representan:
- El árbol de Navidad: Adornado con luces y vida, simboliza esperanza y la posibilidad de un nuevo comienzo.
- El Belén: Nos recuerda el milagro del nacimiento, el ser madre, padre, hija, hermana… familia.
- Las luces: Iluminan no solo nuestros hogares, sino también nuestras almas, conectándonos con nuestras ilusiones y sueños.
- Los regalos: Más allá de lo material, son una muestra de amor, una manera de decir “te quiero, te veo, te reconozco”.
- Los nuevos símbolos: En mi caso, los elfos que mis hijos han traído a nuestra tradición familiar, llenando los días de risas y travesuras. Estos pequeños detalles me recuerdan la importancia de estar presente y crear momentos de alegría desde la constancia y la ilusión.
La Navidad como Renacimiento
Este año, abrazo la Navidad como un momento de profunda conexión con mi luz interior y con la energía del amor incondicional. La vivo como un renacer, una oportunidad para transformar mi oscuridad en esperanza, para comenzar de nuevo desde la fe y el amor.
Para mí, desde este año, la Navidad es:
- Renacimiento interior
Una invitación a reflexionar sobre nuestra vida, soltar cargas emocionales y abrirnos a una nueva etapa de conciencia y transformación personal, el final de un otoño de reflexión y desapego desde el amor incondicional. La Navidad nos permite dejar morir aquello que ya no nos sirve: el rencor, el miedo, la tristeza. En su lugar, podemos permitir que la luz de la comprensión, el perdón y la gratitud iluminen nuestro camino. - Conexión con la luz divina
La luz que simboliza la Navidad nos recuerda que somos seres de luz, que el Dios (con independencia de cómo quieras nombrarlo) está en ti, que TÚ ERES DIVINIDAD, que tú eres DIOSA, que cada luz que hoy miras en las calles de tu casa, de tu pueblo, de tu ciudad… esa LUZ está en TI.
Este renacer a la luz nos inspira a ser faros de amor y bondad en el mundo, irradiando esa energía hacia quienes nos rodean. - Amor y unidad
La Navidad es el momento perfecto para reconciliarte contigo misma y con quienes amamos. Es un tiempo de perdón, reencuentro y sanación. La verdadera transformación comienza cuando reconocemos el amor como nuestra esencia y lo extendemos a los demás. - Esperanza y fe
Así como Jesús nació en un pesebre humilde, un lugar normal de la época, tú eres, yo soy una PERSONA sin más, un SER fuerte y vulnerable a la vez, un ser de luz y de sombras… una persona independiente y dependiente, valiente y con miedos…
La Navidad nos inspira a encontrar belleza y propósito incluso en las situaciones más desafiantes. Nos recuerda que, aunque haya momentos de oscuridad, siempre hay una luz que nos guía hacia un nuevo amanecer. - Renovar nuestro propósito
La Navidad es un llamado a mirar hacia adentro y a alinear nuestra vida con lo que realmente nos llena el alma. Es un tiempo para soltar los apegos materiales y enfocarnos en lo esencial: la paz interior, el amor y el servicio a los demás. Nos invita a vivir en coherencia con nuestra esencia y a abrazar nuestra autenticidad.
Una Invitación a Renacer
Si este año sientes que la Navidad te encuentra perdida, te invito a abrazar su verdadero significado: el renacer a la luz. Permítete conectar con tu esencia, soltar lo que ya no necesitas y abrirte a una nueva etapa de tu vida llena de amor, esperanza y propósito. Recuerda que la luz de la Navidad no está fuera de ti, sino dentro de tu corazón, esperando a brillar con toda su intensidad.
Te deseo una Navidad llena de magia, de reencuentros y de la certeza de que siempre puedes renacer. Que cada gesto, cada símbolo y cada abrazo sean un recordatorio de que la luz siempre está presente, incluso en los momentos más oscuros.
¡Feliz Navidad!
Isabel María
