No te entiendo…

hasta que me entendí

Palabras que duelen. Palabras que sanan.
“No te entiendo”… cuántas veces escuché esas tres palabras a lo largo de mi vida. Y cuántas veces, en lugar de ser simplemente una frase, se convirtieron en un eco profundo que golpeaba mi autoestima. Me hacían sentir pequeña, confundida, como si mi voz no mereciera ser escuchada.
Durante años, cada “no te entiendo” fue como una herida abierta que intentaba cerrar con esfuerzo, con cursos, con terapias, con silencios largos y respuestas interiores. Me preguntaba:

“¿Por qué, si yo quiero comunicar, no me entienden?”

El día que descubrí que no era a mí a quien no entendían

La búsqueda de mi voz: más allá de la oratoria

Recuerdo cómo me lancé con ilusión a aprender oratoria, a mejorar mi comunicación. Hice terapia tras terapia, buscando claridad en mi mensaje, en mi ser. Pero parecía que cada avance se estrellaba contra un nuevo “no te entiendo”.
Incluso recientemente, en un nuevo curso, mi profesor interrumpía antes de empezar: “Isabel, no te entiendo”.
Y no fue el único. Son muchos los “no te entiendo” que he recibido, en mi historia más lejana en España y en esta última en Suiza.. desde personas / amigas, hasta compañeros de trabajo.. personas que hoy abrazo y digo. Gracias… aunque en el momento..
Dolía. Ufff… dolía mucho.

El momento en que todo cambió

Sin embargo, no me rendí. Algo en mí decía: sigue, aún no es el final de este camino.
Y fue en una noche mágica (Il était une fois..), sentada en un banco durante la Nuit des Musées, que lo comprendí todo. No se trataba de que los otros no me entendieran. Se trataba de que yo no me entendía a mí misma.
¡Qué revelación!
De pronto, el ruido exterior se desvaneció. Y apareció una paz inmensa:

Me entiendo.

Me acepto.

Me reconozco.

Así, tal como soy.

Cuando te entiendes, el mundo empieza a entenderte

Ese instante de conexión interior fue tan poderoso que lo vi reflejado en los rostros de quienes se sentaron conmigo. Personas de distintos países, idiomas y culturas, que no necesitaban comprender cada palabra para sentirme.
Porque cuando tú estás contigo, el mundo también lo está.
No se trata solo de pronunciar correctamente o de tener la voz perfecta. Se trata de expresarte desde el corazón, desde la autenticidad, desde tu verdad.
Incluso cuando alguien me miró las uñas que mi hijo había pintado con tanto amor y se levantó del banco… en vez de justificarme, sonreí. Yo sé por qué están así. Y eso basta.

Gracias a los “no te entiendo”

Hoy, en lugar de rechazar esa frase, le doy las gracias.
Gracias a quienes me dijeron “no te entiendo”.
Gracias por ser el espejo que necesitaba.
Gracias por mostrarme dónde mirar, no afuera, sino dentro.
Agradezco a cada persona que estuvo, que me miró a los ojos, que me abrazó, que me sostuvo y también a quienes decidieron no hacerlo. Porque todos, desde su lugar, me enseñaron algo.

Gracias con el alma

Gracias a LAS GENEVOISE, porque hoy todas somos GENEVOISE DE CORAZÓN, y ese título no hay papel que pueda reemplazarlo.
Gracias, sois una inspiración.
MUJERES VALIENTES, ÚNICAS, DIVERTIDAS, AMOROSAS. GRACIAS.

Gracias a Agar, a Muriel, a Frédéric, y a todos los profesores de la UOG, que nos han sostenido en este proceso de transformación.

Y en mayúsculas, gracias a Sophie Frezza, quien hace unos meses, en una reunión virtual, me dijo:
“Isabel, no te entiendo nada.”

Ahí estuve a punto de tirar la toalla.

Pero me respiré. Me pregunté: ¿Qué es lo que realmente quiero?

Meses después, Sophie me dijo que ya entendía un 20%. Y anoche, mientras me abrazaba, vi en sus ojos lo que siempre había buscado:
Desde que yo me entiendo… todo cobra sentido.

Me entiendo… y eso es libertad

Entenderme me dio alas. Me dio permiso para SER.
Y hoy lo comparto contigo, porque quizás tú también has sentido que no te entienden. Que tu voz no tiene lugar. Que te esfuerzas y no basta.
Respira. Vuelve a ti.
No necesitas que todos te entiendan. Necesitas, primero, entenderte tú.
Y desde ahí, desde ese lugar de verdad, de amor propio, de presencia… la comunicación fluye, el alma se expresa y el corazón encuentra su hogar.

¿Y si hoy empezaras a entenderte tú también?

Si este relato ha resonado contigo, si alguna vez te has sentido incomprendida, si te esfuerzas por expresarte y sientes que tu voz no llega… quizás ha llegado el momento de volver a ti.

Te invito con el corazón a una sesión de descubrimiento, un espacio íntimo y amoroso donde podrás explorar qué parte de ti pide ser escuchada, entendida y abrazada.

Porque cuando tú te entiendes… el mundo entero comienza a escucharte desde otro lugar.

🌿 Reserva tu sesión gratuita aquí → 

 ✨  Porque cuando tú te entiendes… el mundo entero empieza a escucharte.

Con todo mi cariño,

Isabel María
Terapeuta Holística – Coach de Equilibrio
“Renacer es posible, y cada caída puede ser la puerta hacia tu verdadera esencia.”

Haz click y … sumérgete en esta meditación:

¡SÍ TE HA GUTADO COMPARTE!

Soy Isabel María

SOY sin más. Dedicada al crecimiento personal y al servicio de los demás.

Acompaño a mujeres que sienten que han de aprender a quererse, cuidarse y priorizarse sin sentirse culpables de ello para vivir una vida en armonía con ellas mismas y con sus seres queridos.

Perseverante, resiliente y buscadora de respuestas a preguntas trascendentales para superar los grandes desafíos que la vida me ha regalado, me han llevado a estudiar diversas filosofías, técnicas y todo lo que llega a mí con la intención de vivir de manera coherente con mi SER.

Si necesitas tiempo para ti, responder esas preguntas sobre tí misma que en ocasiones te dan miedo, te invito a disfrutar del webinar Haz del miedo tu aliado y comenzar el camino hacia TI.

Deja un comentario

Utilizamos cookies para optimizar nuestro sitio web y nuestro servicio.    Más información
Privacidad