Un Viaje de Autodescubrimiento
En algún momento de mi vida, creí que no hacer era sinónimo de no ser. Mi identidad estaba profundamente entrelazada con lo que hacía, con lo que producía. Sentía que si no estaba constantemente en movimiento, no tenía valor. Mirando hacia atrás, puedo ver cómo esa necesidad de estar siempre «haciendo» venía de un lugar de inseguridad, de una falta de autoaceptación.
Identidad basada en el hacer
Para mí, hacer no era solo una acción, era una forma de validarme, de demostrar que tenía un propósito. Me identificaba completamente con mis acciones, como si solo existiera a través de ellas. Si no estaba ocupada, si no cumplía con mis responsabilidades o alcanzaba mis metas, sentía que no tenía sentido o valor. Hacer era la manera en la que justificaba mi existencia y mi ser.
Este ciclo se volvió imparable. Mi impulso a hacer y no parar me llevaba a una espiral de agotamiento, tanto físico como mental. Lo más doloroso es que, sin darme cuenta, me fui desconectando de mí misma. No me permitía descansar, no me sentía merecedora de esa pausa. De hecho, cuando veía a otros parar, me enfadaba. Primero mis padres, quienes me enseñaron que el trabajo constante era lo que garantizaba el éxito, y luego mi pareja. Cada vez que los veía descansar, mi frustración crecía porque para mí estaba prohibido parar.
El camino hacia el autoconocimiento
Con el tiempo, gracias a un profundo trabajo de autoconocimiento, comencé a reconocer y entender mi impulso incesante de hacer. Me di cuenta de que en realidad no se trataba solo de productividad o metas; se trataba de una falta de amor propio. No me quería lo suficiente para permitirme descansar, para aceptar que merecía una pausa. Comprender esto fue doloroso, pero liberador. Aceptar que, durante mucho tiempo, me negué el derecho de parar, de simplemente ser, fue un paso crucial hacia mi sanación.
Conocer mi Carta Natal a través de la numerología, el saberme que mis números tienen mucha fuerza, mucho impulso psíquico y mental, me ayuda cada día a templar mi ritmo. A ritmar mi alma y mi cuerpo y tomarme paradas nutritivas, tiempo para mi que me recargan de vida y luz. (Aquí te invito a conocerte a través de tu carta natal en NB22 y verte desde otra mirada)
El poder de no hacer
Aprendí que no hacer no significa no ser. Al contrario, es en esos momentos de pausa donde conectamos más profundamente con nosotros mismos. Aprender a relajar mi mente, a parar el flujo constante de pensamientos, ha sido uno de los mayores regalos que me he dado. Descubrí que disfrutar del momento presente, sin la necesidad de estar constantemente en movimiento, me permite recargar energía y luego hacer, pero de una manera más consciente y plena.
Hoy disfruto de esos momentos de no hacer, porque sé que me brindan el espacio necesario para recuperarme y para conectarme conmigo misma. Ahora puedo decir con confianza que descansar no es un lujo, es una necesidad.
El impacto del Reiki en mi proceso
Uno de los grandes aliados en este proceso ha sido el Reiki. A través de esta práctica, he aprendido a bajar el ritmo, a parar mi mente y a reconectar con mi ser interior. El Reiki me ha enseñado que el equilibrio no se trata solo de mantener el movimiento, sino también de honrar el descanso. En cada sesión, siento cómo mi energía se renueva y cómo puedo soltar la tensión acumulada.
Gracias a esta herramienta, he aprendido a cuidar de mi bienestar desde un lugar más consciente y amoroso, permitiéndome sentir merecedora de cada pausa y de cada momento de quietud. En este artículo puedes leer más sobre el REIKI que practico y pongo a tu SERvicio.
Conclusión
Hoy sé que el valor no reside únicamente en lo que hago, sino en quién soy cuando me permito no hacer. Descansar no me hace menos valiosa; al contrario, me prepara para regresar al mundo con más claridad, energía y propósito. El miedo a no hacer ha sido reemplazado por la gratitud de poder parar, de escucharme y de, finalmente, amarme tal como soy.
Isabel María 🌸
Terapeuta Holística – Coach de Equilibrio 🌿
Si quieres hacer el cambio y regalarte esa parada consciente, reserva ahora tu sesión.
1 comentario en «El Miedo a No Hacer»
Gracias Isabel por abrirte, explicar tu proceso y hacernos ver el valor que tiene aprender a parar, dejar de hacer, el placer de NO hacer nada, para poder conectar con nosotras mismas y abrir esos espacios creativos que nos llenan el alma.