El Arte de Estar, Compartir y Sostener
En el viaje de la vida, hay una relación que marca la diferencia en la forma en que experimentamos el mundo: la relación con nosotras mismas. Muchas veces, buscamos apoyo, validación y compañía en los demás sin darnos cuenta de que la amistad más valiosa es la que podemos construir con nosotras mismas.
Ser nuestra mejor amiga significa aprender a escucharnos, respetarnos, sostenernos en los momentos difíciles y celebrarnos en los momentos de luz. Nos enseña a estar, en silencio o en ruido, sin juzgarnos ni exigirnos ser de una manera distinta a la que realmente somos.
¿Cómo sería tu vida si fueras tu mejor amiga?
Piensa en cómo tratas a una amiga cercana. Seguramente la escuchas con atención, le ofreces palabras de aliento cuando lo necesita y la acompañas sin juzgarla. Pero… ¿haces lo mismo contigo?
Con frecuencia, somos duras con nosotras mismas. Nos exigimos, nos criticamos y nos tratamos con una severidad que jamás usaríamos con alguien a quien amamos. Por eso, el primer paso para cultivar una amistad sincera con nosotras mismas es observar la forma en que nos hablamos y comprometernos a tratarnos con más amor.
La importancia de la presencia: estar para ti misma
Una verdadera amistad se nutre de la presencia. No solo en los momentos felices, sino también en aquellos en los que sentimos miedo, tristeza o incertidumbre. Así como estarías para una amiga en un momento difícil, aprende a estar contigo sin huir de tus emociones.
🌿 Ejercicio de presencia:
Cuando sientas que tus pensamientos te abruman o que estás desconectada de ti misma, prueba este sencillo ejercicio:
- Coloca una mano en tu corazón y otra en tu abdomen.
- Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.
- Pregúntate con suavidad: ¿Cómo me siento en este momento?
- En lugar de intentar cambiar lo que sientes, simplemente permítete estar contigo.
Recuerda: No tienes que solucionarlo todo de inmediato, solo estar presente es un acto de amor.
Pd. yo lo practica cada día, principalmente a la hora de irme a dormir. Os aseguro que consigues un estado de calma que te permite descansar.
Compartir desde la autenticidad
Una amistad sincera no se trata de aparentar ni de encajar en expectativas ajenas. Cuando te conviertes en tu mejor amiga, te das el permiso de ser auténtica, sin máscaras ni miedo a no ser suficiente.
🔹 Reflexión: ¿Cuántas veces has reprimido tu verdadera esencia por miedo a ser juzgada? ¿Qué pasaría si te dieras el permiso de ser exactamente quien eres, sin pedir permiso ni disculpas?
El amor propio no significa estar siempre bien o sentirnos perfectas. Significa aceptarnos con nuestras luces y sombras, con nuestras fortalezas y nuestras vulnerabilidades.
Sostenernos con amor y paciencia
Así como una amiga te abrazaría en los momentos difíciles, tú puedes aprender a sostenerte con la misma ternura. No siempre sabrás qué hacer o cómo aliviar tus propias heridas, pero lo más importante es que estés allí para ti misma.
✨ Mantra para recordarlo: Me sostengo con amor, paciencia y compasión. Estoy aquí para mí.

Cuando nos convertimos en nuestras propias aliadas, dejamos de depender de la validación externa y aprendemos a relacionarnos con los demás desde un lugar de amor y respeto mutuo.
Respetar el ritmo del otro, comenzando por el tuyo
Cada persona vive su proceso de sanación y crecimiento a su propio ritmo. Del mismo modo en que respetamos el tiempo y el espacio de nuestros seres queridos, también debemos aprender a respetar nuestro propio proceso.
No hay prisa. No hay una línea de meta. La transformación personal es un viaje continuo, y cada paso que das merece ser celebrado.
🌷 Práctica: En lugar de compararte con los demás, agradece el punto exacto en el que te encuentras. Escribe una carta a tu «yo del pasado» reconociendo cuánto has crecido y abrazando tu camino con amor.
El poder de ser tu mejor amiga
Cuando aprendes a estar para ti, cuando te sostienes con amor y te tratas con la misma ternura con la que tratarías a una amiga querida, todo en tu vida empieza a cambiar. Te vuelves más auténtica, más libre y más en paz contigo misma.
Ser tu mejor amiga no es un destino, sino una práctica diaria. Cada vez que elijas escucharte con amor, respetar tu ritmo y acompañarte con paciencia, estarás fortaleciendo el vínculo más importante de tu vida: el que tienes contigo misma.
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Isabel María
Terapeuta Holística y Coach de Equilibrio