La verdadera fortaleza está en abrazar tu vulnerabilidad
Descubre por qué reconocer tus emociones no te hace débil, sino más humano, más auténtico y un líder aún más grande.
Hoy quiero dirigirme a ti, hombre.
En todos estos años escribiendo, nunca antes lo había hecho, pero hoy lo siento así: quiero dirigirme a ti.
A ti, compañero de trabajo, amigo, inspiración, que estás ahí.
A ese HOMBRE que tantas veces se traga las lágrimas, las preocupaciones y las emociones para salvaguardar su trabajo, su estatus, para proteger a su equipo, a su familia, a sus amigos.
Eres ese líder fuerte y responsable, el que se pone el traje de superhéroe para sostenerlo todo. Pero, dime… ¿qué pasa cuando esa capa empieza a mostrar rasguños? ¿Qué ocurre cuando, detrás de la fuerza, aparece el cansancio o el dolor?
La sociedad nos ha hecho creer que un hombre siempre debe poder con todo, que no puede mostrarse débil ni vulnerable. Sin embargo, la verdadera fortaleza masculina no está en ocultar las emociones, sino en reconocerlas y darles un lugar.
Hoy te escribo a ti, que a veces callas lo que realmente sientes, que escondes tus momentos de vulnerabilidad tras el traje de “yo puedo con todo”. Ese traje que tantas veces has llevado para tirar del carro cuando todo parecía derrumbarse.
Pero dime… ¿qué pasa cuando ese traje de superhéroe se desgasta, cuando la capa empieza a mostrar rasguños?
¿Cuando sientes que ya no puedes más, aunque nadie lo sepa?
Hoy te digo algo desde el corazón: sigues siendo igual de grande, incluso más, cuando te das permiso para reconocer que “hoy no tengo un buen día”, “hoy me siento roto”, “hoy me he perdido en el trabajo y no sé cómo volver a mí”.
👉 Cuando eliges mostrar tu vulnerabilidad, pedir ayuda y aprender de tus propios rasguños, no te vuelves débil: te conviertes en un líder real, cercano e inspirador.
Gracias. 💙
Gracias porque sé que detrás de esa fortaleza también hay humanidad. Que tus cicatrices, como las mías, cuentan historias. Y que esos agujeros en tu capa no te hacen menos fuerte… te hacen más real, más sabio, más humano.
Y si en lugar de esconderlos eliges darles luz, pedir ayuda, coser con calma esos desgarros… descubrirás un regalo: el aprendizaje.
¿Para qué se rompió la tela?
¿Qué puedes aprender de aquí?
Amigo, compañero, este es un recordatorio para ti: date el permiso de parar, de escucharte y de reconectar contigo mismo.
Te invito a leer “El caballero de la armadura oxidada”. Y cuando lo hagas, cuéntame qué te ha parecido. Porque ahí encontrarás un espejo de lo que hoy quiero recordarte: aceptar tu vulnerabilidad te hace aún más grande. Refleja ese viaje de quitarse capas, soltar la armadura y descubrir la fuerza de la autenticidad.
Este fin de semana, regálate un tiempo para ti. 🌿
Abraza tu parte más sensible.
Recuerda: puedes ser fuerte y vulnerable a la vez, sin perder tu esencia. Esa es tu mayor fortaleza.
Si sientes que necesitas apoyo en este camino, escríbeme. Estoy aquí para acompañarte a redescubrir tu poder interior y hacer de tu vulnerabilidad tu auténtica potencia.
Con respeto y gratitud,
Isabel María
Coach de Equilibrio (Vida & Carrera) 🌿